Set de café y té
Un escritorio
Caja fuerte
Wifi gratuito
Televisor de pantalla plana con opción a películas de pago
Cuarto de baño con ducha, WC y secador de pelo
El hotel
El Hotel Lancaster Amsterdam del grupo Hampshire se ubica en el centro a de Amsterdam, frente al Zoo Artis y a unos 15 minutos a pie del famoso barrio rojo . A pocos metros tiene acceso a tranvía, lo que permite una comunicación con toda la ciudad muy rápida. A pesar de las buenas comunicaciones del hotel, comentaros que Amsterdam es una ciudad relativamente pequeña, por lo que si no existe ninguna urgencia o vuestro desplazamiento no ha de ser de punta a punta de la ciudad, la mejor forma de transporte es ir caminando, o en el transporte preferido por los amsterdanos , la bicicleta.
Al llegar al hotel, nos encontramos con una fachada limpia y muy atractiva, con aires de edificio antiguo pero bien conservado. El acceso se hace a través de unas escaleras, en las cuales puedes encontrar panfletos publicitarios sobre actividades y excursiones, tanto para la ciudad como para los alrededores.
En el recibidor del hotel, junto al mostrador de recepción, dispone de un salón con mesas y máquinas de venta automática. En este salón siempre había gente, con sus ordenadores portátiles o leyendo, es decir, un sitio de reunión, amplio y tranquilo.
La habitación
Rodeados del famoso suelo de moqueta que suele cubrir los suelos de hoteles en Europa, la primera impresión de la habitación es de ser para liliputienses . La habitación es extremadamente pequeña , disponiendo, eso sí, de un ventanal con vistas al zoo y a la Avenida Plantage Middenlaan. En la habitación disponemos de tv, una pequeña mesa de trabajo, una mesita para una maleta y un armario, pero todo ello en unos dos metros de largo.
Nuestra estancia en el hotel se limitaría a dormir y poco más, por ello nos fue muy grata la comodidad del colchón. Lamentablemente el descanso se ve truncado en las primeras horas de sol, ya que la claridad que entra por la ventana y a través de las juntas de la puerta, te hará pensar que estás en plena calle. Este pequeño inconveniente te obliga a comenzar el día muy pronto, lo cual, si deseas conocer Amsterdam, te vendrá bien.
La habitación cuenta con un set de café y té gratuito, por lo que si no sois de desayunar mucho, podréis elegir a la perfección sólo alojamiento.
Siguiendo por la habitación y centrándonos en el baño, éste sigue la misma tónica de la habitación, pero mucho más reducido. Dispone de una ducha que tiene únicamente una cortina y en el suelo dos tablas de madera para que el agua no salga al resto del baño. Pegado (literalmente) se encuentra el wc y el lavabo, con útiles de baño y secador de pelo con bastante buena potencia.
El personal
El personal fue bastante amable y correcto. Incluso uno de ellos al oírnos nos habló un poco en español; si no tienes esa suerte, con chapurrear inglés no tendrás problema (en el país en general, ya que, aunque no sea el idioma oficial, con toda persona con la que tuvimos que cruzar palabra lo hablaba).
¿Cómo llegar?
Desde el Aeropuerto de Schiphol, la mejor manera es coger el tren que sale desde los andenes 1 o 2 del aeropuerto y parar en Amsterdam Zuid; después, el metro hasta Weesperplein. Desde aquí son unos cinco minutos caminando por la zona de las universidades, aunque si llevais mucho equipaje puede que tengáis que buscar otra alternativa.
Opinión personal
La ciudad de Amsterdam es una de esas ciudades imprescindibles para visitar al menos una vez en la vida, por lo que si aún no la has visitado te invitamos a que lo hagas. En cuanto al alojamiento en la ciudad, en general, los hoteles son caros. Lo que hemos encontrado en el Hotel Lancaster es una habitación muy pequeña que cumple su objetivo para estancias de turismo, una limpieza más o menos adecuada y unos servicios correctos de ambiente muy “minimalista” (en el mal sentido de la palabra).
Encontrar hoteles de mejores características en cuanto a la habitación os resultará muy complicado y por experiencias anteriores, este hotel se convierte en recomendable. Aunque tal y como os hemos ido explicando, no os esperéis ningún tipo de lujo y ni por asomo nada de amplitud.
¿Qué visitar en Amsterdam?
Amsterdam es una ciudad que rezuma culturas y experiencias. En esta ciudad podréis recorrer sus canales en un barco guiados por un comandante, visitar el Museo Van Gogh, el Rijksmuseum, el Hermitage, la Casa de Ana Frank ó el museo de Heineken.
Para evitar colas, que pueden llegar a varias horas, os recomendamos que adquiráis las entradas a través de la página de turismo de Holanda, http://tickets.holland.com/ , incluso disfrutaréis de algún descuento
No os olvidéis de visitar su innumerables mercados al aire libre, y en especial el Mercado de las Flores, a la vera de uno de sus canales podréis encontrar especies de flores muy variadas. Mención aparte merece el Barrio Rojo, donde el ambiente nocturno no se puede comparar al de ningún otro lugar del mundo y donde meretrices y opiacios conviven estrechamente con foráneos y ciudadanos del lugar.
Si vais con tiempo, intentar escaparos hasta las ciudades cercanas, como son Voledam o Marken, pueblos con un enorme interés turístico, ó Zaanse Schans donde podréis visitar molinos antiguos, que a día de hoy aún siguen funcionando como serrerías o para la fabricación de aceite de cacahuete. Sin olvidar los majestuosos campos de tulipanes, idílicos lugares sobre todo en el mes de mayo.
Algunas fotografías
Habitación
Habitación
Baño de la habitación
Servicio de té
Molinos en Zaanse Schans
Mercado de las flores
Lo mejor: La ubicación y la ciudad.
Lo peor: El tamaño de la habitación y del baño, así como la claridad y ruidos por la mañana.