Hoy vamos a cocinar unas croquetas caseras pero con un producto especial, el queso asturiano Los Beyos. Recibe su nombre del desfiladero homónimo situado en los concejos asturianos de Amieva y Ponga y en el municipio de Oseja de Sajambre, en la provincia de León. Elaborado tradicionalmente en esta zona de los Picos de Europa, puede producirse con leche de vaca, de cabra o de oveja, dependiendo de lo cual tendrá unos matices u otros. Lo que todos tienen en común es la IGP (Indicacion Geográfica Protegida) de “Queso Los Beyos” y son preparados de la misma forma independientemente de la leche que utilicen.
¿Cómo es el Queso de Los Beyos?
Este tipo de queso no es de gran tamaño, tiene una corteza rugosa y ligeramente enmohecida y un sabor algo ácido pero no muy fuerte. Antiguamente, se elaboraba en las cocinas de casas particulares, se secaba aprovechando el calor de la cocina de carbón o del llar y finalmente maduraba en el hórreo. Hoy día sigue siendo un producto altamente valorado y está muy presente en ferias y certámenes gastronómicos. Y no es de extrañar, su sabor se queda contigo tras probarlo y no es fácil de olvidar.
Como seguro que ya os pica la curiosidad por cómo sabrá o ya lo conocéis y habéis empezado a salivar, vamos sin más dilación a ponernos manos a la obra.
Receta de croquetas con jamón y queso Los Beyos
Ingredientes para 4 personas:
- 200 g de queso Los Beyos
- 100 g de jamón
- 225 g de harina de trigo
- 75 cl de leche
- 1 cebolla
- 50 cl de aceite de oliva
- sal
- pimienta negra
- huevo batido
- pan rallado
- medio diente de ajo
¡A cocinar!
Picamos la cebolla fina y la sofreímos en aceite de oliva mientras aparte calentamos la leche. Cortamos el jamón en pequeños tacos y rallamos el queso para añadirlos con cuidado de que no se pegue. Incorporamos la harina tamizada con un colador a este fondo de cebolla, jamón y queso y, con la ayuda de una varilla, removemos para evitar los grumos.
Después, poco a poco añadimos la leche caliente sin parar de remover. Cuando la masa con la leche empiece a hervir, salpimentaremos a nuestro gusto mientras removemos y sigue cociendo. Cuando esta masa se separe bien de las paredes de la olla (así sabremos que está bien cocida), la podemos dejar enfriar en un recipiente o bandeja.
Por último, moldearemos las croquetas con algo de harina y posteriormente las empanaremos con el huevo y el pan rallado. Para servirlas, las freiremos con aceite muy caliente hasta que queden doradas por fuera y cremosas por dentro.
Es un cocinado fácil, que gusta a prácticamente todo el mundo de cualquier edad y que es genial para un picoteo. Si quieres probar también con unas croquetas más originales, no te pierdas nuestra receta de bitterballen, un aperitivo holandés que te sorprenderá.